Un sol suave acaricia las aceitunas en los olivos
mientras engordan y crecen,
me gustaría que la vida me acariciase así a mi, y sólamente encuentro esta caricia
en los colores vivos de las flores que sonrientes me reciben al
llegar a casa.
Si el sol te acaricia eres afortunada. La vida nos regala pequeñas grandes cosas. A veces lo pequeño de un acto es mucho más de lo que pensamos.
ResponderEliminarAbrazos todos.
Está ahí, a veces nole vemos, si acaricia sueve nii le sentimos, pero debemos saberque está ycrecer como la aceituna, besines!
ResponderEliminarLas flores acarician de maravilla con su aroma y sus colores, el sol también acaricia pero sus rayos pueden quemar tu piel con su fuerza.
ResponderEliminarBesos, feliz domingo.