Siempre.

Siempre haciendo cuentas, pero con las ilusiones a flor de piel. Suena la misma melodía que salpica de risas mi paz, y entro en una habitación luminosa. Quisiera pensar que es mi alma. Que no estoy sola y que Dios me ama. Pero quizás he dejado de pensar y ya solo empiezo a sonreír. Besos.